¿Por qué necesitas un método para no quedarte mirando la hoja en blanco? - Arte Escuela

¿Por qué necesitas un método para no quedarte mirando la hoja en blanco?

Por Pato Valentin

En algún momento del camino tod@s hemos estado ahí… frente a esa hoja en blanco (o lienzo, o cuaderno), listas para desatar nuestro artista interior, pero de repente… ¡nada! 😳 Ni una idea, ni una chispa. Como si el universo hubiera decidido tomarse un café y dejarnos colgad@s.

Al inicio la creatividad puede ser una traviesa y esquiva compañera. Nos imaginamos que, “por arte de magia” (juego de palabras intencional 😉), las ideas van a fluir como un caudaloso y potente río , pero la realidad es que muchas veces se sienten más como un charquito estancado. ¡Frustrante! 😅

Entonces, ¿qué hacemos para no bloquearnos? Tener un método.

Sí, ya sé, «método» suena un poco aburrido, científico, tipo instrucciones de lavarropas. Pero, un sistema en tu proceso creativo es el aliado que quizá no sabías que necesitabas.

Me crees si te digo que tener un plan no le quita lo divertido a la creatividad, sino que la potencia. ¿Por qué? Porque te da una estructura, una hoja de ruta que te evita perderte en ese océano de posibilidades y quedarte varada en el famoso «no sé qué hacer» “ no soy nada creativ@“.

El caos creativo suena romántico, pero…

A todas nos encanta la idea de convertirnos en esos artistas que vemos en una peli o en las redes, que se sientan ante su mesa de trabajo y comienzan a hacer maravillas, parece que solo necesitan colores, un pincel y en atelier soñado (más un toque de música de fondo, tipo película 🎶✨). Pero para llegar allí hay que construir un proceso… lleva tiempo desatar el caos creativo.

 Sin un sistema, no sabemos por dónde empezar ni cómo continuar. El anhelado “caos creativo” se vuelve un límite que nos paraliza .

No tener un sistema es como intentar armar un mueble sin las instrucciones y con piezas de tres muebles distintos. 😅

¿Y cuál es el súper poder del método?

Primero que todo, te ayuda a romper el hielo. No más estar frustrad@  frente a tu obra pensando «¿por dónde empiezo?». Con un método, ya sabes cómo calentar motores, qué pasos seguir y cómo organizar tu tiempo y materiales. Es como tener un GPS que evita que termines en un barrio oscuro de la ciudad creativa (al que nunca queremos ir).

Además, te evita el temido «¿qué sigue ahora?». Al saber cuál es el siguiente paso en tu proceso, tu mente se mantiene en movimiento, sin detenerse para cuestionar o dudar. Y ahí es donde la magia realmente sucede.

Cuando sigues un método, le das espacio a la creatividad para que fluya sin interrupciones, como un buen café mañanero (que no falte ☕️).

«Pero yo quiero ser libreee…»

¡Y lo serás! Un método no es una camisa de fuerza, es más bien una red de seguridad. Te permite jugar y explorar, pero sin la presión de tener que improvisar cada vez. Y, ¿sabes qué? Cuanto más practiques tu sistema, más fácil te será saltarte las reglas y hacerlas tuyas, porque ya tendrás la confianza para hacerlo. ¡Y ahí es cuando el verdadero disfrute comienza! 🥳

“Aprende las reglas como un profesional para romperlas como un artista” decia Picasso.

Así que, si sientes que te bloqueas o que te cuesta arrancar, no te preocupes, ¡nos pasa a todas! Solo necesitas un pequeño empujón, y ese empujón es tener un método. Es la clave para desbloquear tu creatividad sin perderte en el caos.

¡Así que, manos a la obra!

Crea tu propio sistema o sigue uno que ya funcione y verás cómo las ideas empiezan a fluir.

¿Lista para amigarte con la hoja en blanco?

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