Sorolla jamás pintó el mar tal como lo vemos... - Arte Escuela

Sorolla jamás pintó el mar tal como lo vemos…

Por Pato Valentin

pero sí capturó su verdadera esencia.

El trabajo de Joaquín Sorolla, especialmente sus mares, es un ejemplo magistral de cómo un artista puede capturar no solo la apariencia física del agua, intentar ser objetivamente fotográfico no siempre es el deseo de un artista, sino también captar la emoción y el ambiente que lo rodea. Sorolla es conocido por sus escenas costeras luminosas y llenas de vida, y una de las claves de su éxito para crear estos climas tan especiales está en su uso del color.

Paletas de colores en los mares de Sorolla

Sorolla era un maestro del color y utilizaba una gama amplia y rica para reflejar la luz del Mediterráneo y las tonalidades cambiantes del mar. En sus pinturas de mares, como en «Paseo a la orilla del mar» o «El balandrito», los colores que más destacan en sus paletas son:

1. Azules vibrantes:

   – Sorolla utilizaba una gran variedad de tonos azules, desde azules oscuros y profundos para las zonas más sombrías del agua, hasta turquesas claros y ultramares intensos para representar las áreas más iluminadas por el sol. Los azules del mar en Sorolla están llenos de luz y aire, algo que logra gracias al equilibrio perfecto entre los tonos fríos y cálidos en su mezcla.

2. Verdes translúcidos:

   – Los verdes eran fundamentales para Sorolla a la hora de capturar la transparencia del agua. En muchas de sus obras, el verde emerge en las partes más cercanas a la costa, donde la luz solar penetra hasta el fondo y revela la arena y las rocas. Estos verdes no son puros, sino mezclas sutiles de verde con amarillo o azul, lo que genera una sensación de fluidez y movimiento en el agua.

3. Blancos y ocres:

   – Sorolla era un maestro en la representación de la espuma del mar y el brillo del sol sobre las olas. Para ello, utilizaba blancos puros o mezclados con ocres, logrando captar la intensidad de la luz. Estos blancos no solo dan luminosidad, sino también volumen y textura a la superficie del agua.

4. Tonos cálidos de la arena y la piel:

   – Un aspecto único en muchas de sus pinturas es cómo combina los colores cálidos de la arena (ocres, sienas, amarillos) con los colores fríos del agua. Los tonos de la piel humana, que aparecen en sus figuras bañándose o caminando por la orilla, también contrastan con el azul del mar, creando una interacción visual dinámica.

Cómo genera climas tan especiales en sus obras

Lo que hace tan especiales los mares de Sorolla no es solo su uso del color, sino cómo emplea la “luz”. Sorolla era un maestro de la luz natural, y en sus paisajes marinos esto se ve reflejado de manera especial. Hay una sensación de luminosidad que atraviesa toda la composición, haciendo que el espectador sienta el calor del sol y la frescura del agua.

Algunas técnicas y recursos visuales que utilizaba incluyen:

1. Luz reflejada: Sorolla pintaba la luz reflejada en el agua de manera magistral, lo que generaba una atmósfera vibrante y realista. Las pequeñas pinceladas de luz sobre la superficie del mar permiten que el agua parezca en constante movimiento y cambio.

2. Contrastes cromáticos:

   – Sorolla creaba contraste entre los tonos cálidos de la arena y los fríos del agua para enfatizar la interacción entre el cielo, el mar y la tierra. Esta yuxtaposición de temperaturas de color generaba un efecto atmosférico que aportaba un clima particular a cada obra. Dependiendo del momento del día que retrataba, los colores adquirían un matiz más suave o más intenso.

3. Textura del agua:

   – A través del uso de pinceladas rápidas y sueltas, Sorolla lograba dar a la superficie del agua una textura vibrante y ligera. La manera en que aplicaba el color hacía que el agua pareciera moverse y cambiar con la luz, contribuyendo a un clima de vitalidad y frescura.

4. Énfasis en el momento:

   – Sorolla a menudo pintaba escenas de la vida cotidiana junto al mar. Estas figuras, bañadas por el sol, son representadas en un momento específico del día, lo que aporta un ambiente distintivo. La luz cálida del amanecer o los tonos dorados del atardecer son claves para establecer la atmósfera de la escena.

Joaquín Sorolla, con su dominio del color y la luz, nos invita a sumergirnos en sus mares llenos de vida y luminosidad. A través de su paleta cuidadosamente seleccionada y su manejo magistral de las pinceladas, logra evocar climas únicos que conectan con nuestras emociones. Los tonos azules, verdes y blancos no solo representan el agua, sino que nos transmiten el calor del sol, el frescor de la brisa marina, y la energía del Mediterráneo. Estas técnicas, aplicadas a mares y cielos, hacen que sus obras sean profundamente emocionales y envolventes.

Su habilidad para capturar la atmósfera marítima sigue siendo una inspiración para los artistas contemporáneos, demostrando que el color y la luz son herramientas poderosas para transmitir emociones en el arte del paisaje.

“Me sería imposible pintar despacio al aire libre, aunque quisiera… No hay nada inmóvil en lo que nos rodea. El mar se riza a cada instante; la nube se deforma, al mudar de sitio […] pero aunque todo estuviera petrificado y fijo, bastaría que se moviera el sol, que lo hace de continuo, para dar diverso aspecto a las cosas… Hay que pintar deprisa, porque ¡cuánto se pierde, fugaz, que no vuelve a encontrarse!”

Joaquin Sorolla.

Ilustraciones:

 “El balandrito” Joaquin Sorolla. 1909 

«Mar en Valencia», 1899.

Scroll al inicio