Primera imagen: Dos labradores de Millet, 1854
Segunda imagen: Dos campesinos cavando de Van Gogh, 1889
Enero de 1890. Van Gogh está internado en el manicomio de Saint-Rémy, es pleno invierno, no puede salir a pintar al aire libre, no tiene modelos vivos a su alcance y se siente atrapado.
¿Qué hace?
Algo que muchos considerarían un “retroceso”: se pone a copiar.
No una ni dos obras.
Más de 30 copias.
21 de ellas basadas en grabados de Jean-François Millet.
Su hermano Theo, al verlas, escribió que eran “algunas de sus mejores obras”.
Pero acá viene lo interesante: Van Gogh no las consideraba copias. Las llamaba “traducciones”.
¿La diferencia? Él ya sabía cuándo soltar la referencia.
Lo que posiblemente no sepas sobre “copiar”.
Todos hablan de la famosa frase “Los buenoa artistas copian” (que ni siquiera dijo Picasso, pero esa es otra historia). Pero nadie te dice cuándo dejar de copiar..
Van Gogh lo entendió después de años copiando grabados japoneses. Había coleccionado más de 600 impresiones, las había estudiado obsesivamente, había hecho copias exactas de Hiroshige…
Hasta que un día escribió algo revelador a su hermano:
“Ya no necesito soñar con ir a Japón, porque siempre me digo que aquí estoy en Japón.”
¿Qué había pasado? Van Gogh había desarrollado lo que él mismo llamó “ojos japoneses”. Ya no necesitaba la referencia porque había internalizado la esencia.
La diferencia entre copiar y traducir
Cuando Van Gogh copiaba a Millet en el manicomio, no estaba replicando. Estaba traduciendo.
Tomaba la composición, el tema, la estructura… pero los pasaba por su propio filtro de color, su técnica, su manera de ver el mundo. Cada “copia” era, en realidad, 100% Van Gogh.
Porque ya había entendido algo que la mayoría no capta:
Copiar es el vehículo, no el destino.
El momento exacto en que hay que soltar
¿Cuándo sabés que es hora de dejar la referencia? Van Gogh te da la pista:
Cuando empezás a “traducir” en lugar de “imitar”.
Cuando mirás una obra que te gusta y pensás: “¿Cómo haría esto con mi paleta de colores?” en lugar de “¿Cómo puedo copiarlo exacto?”
Cuando la referencia se vuelve un punto de partida, no una meta.
Van Gogh lo explica mejor que yo: “Busco expresar significado espiritual y confort emocional a través del simbolismo y el color.”
No estaba copiando los colores de Millet. Estaba usando sus propios colores para transmitir lo que Millet le hacía sentir.
Si estás en ese limbo…
Si venís copiando, siguiendo tutoriales, aprendiendo técnicas, pero te preguntás “¿cuándo voy a encontrar mi propio estilo?”…
Van Gogh te diría: ya lo tenés. Solo necesitás empezar a “traducir” en lugar de imitar.
Pero eso requiere saber exactamente en qué etapa del proceso estás.
Porque no es lo mismo estar aprendiendo técnica (donde copiar es necesario) que estar buscando tu voz (donde copiar puede frenarte).
Van Gogh lo sabía. Y por eso sus “copias” son obras maestras.
¿Vos sabés en qué etapa estás?
Si la respuesta es no, quedate cerca.
Hay algo en camino.
Abrazo, Pato 🧡
Fuentes:
- Van Gogh Museum, Amsterdam. “Copies by Vincent van Gogh” – Wikipedia
- “Van Gogh and Japan” exhibition documentation – Van Gogh Museum
- Letters between Vincent and Theo van Gogh, 1888-1890
- “How Japanese Woodblock Prints Transformed Van Gogh’s Dreams of Utopia” – Frieze Magazine
- “The Japanese Prints th